domingo, 20 de noviembre de 2016

MASCARAS

La máscara negra me habla con miles de voces diferentes que me acercan a la peste. Furiosos y reluctantes simbolos de la oscuridad sobrevuelan las palabras como pacientes cuervos. El sacrificio del santo fue el ultimo acto de locura mientras la voluntad era impenetrable. Solo quedan sombras y sabor amargo mientras atraviezo de rodillas un desierto de vidrio molido y olor rancio, con miradas de suplica fundiendo cada nota de determinacion. El alma del vacio me llena como un cuenco de cenizas Pero de pronto alli, estoica y rodeada de nada, estaba ella, brillando, danzando. Me miro y sonrio. Todo volvio a tener sentido. Busque una mascara de felicidad y no la encontre. Entonces me saque la ultima mascara y la mire asi, con el rostro lustroso, impoluto, inexpresivo Esperaba que me rechace y se fuera corriendo, pero no, en un gesto de sorpresa tapo su boca con la mano, y acto seguido, ella se saco su mascara de felicidad y quedo tambien asi, con su rostro lustroso, impoluto, inexpresivo Quedamos frente a frente petrificados, uno, cien, mil, un millon de segundos. Entonces le tendi mi mano, y la tomo. Y empezamos a caminar ahi, en el vacio que ya no lo era tanto. Y pisoteamos los miedos que no eran mas que telas de araña con forma de desesperacion. Fue entonces que en nuestros rostros lustrosos, impolutos, inexpresivos, empezo a asomar la linea curva de una sonrisa Ariel Almada 2005-2016

No hay comentarios: